1926. El pastor luterano Richard Reusch encontró el cuerpo de un leopardo congelado en el borde del cráter del Kibo, a unos 5.600 m de altitud. Se abre la veda de las conjeturas sobre el misterio, las razones que llevaron a este animal a semejante altitud, fuera del rango habitual de su hábitat natural.

LA LEYENDA 

En 1936 Hemingway homenajea el hallazgo, utilizando la leyenda del leopardo congelado encontrado a una inusual altitud para construir su novela corta “Las nieves del Kilimanjaro”, que abre boca con este misterio sin resolver:

Kilimanjaro is a snow-covered mountain 19,710 feet high, and is said to be the highest mountain in Africa. Its western summit is called the Masai “Ngàje Ngài”, the House of God. Close to the western summit there is the dried and frozen carcass of a leopard. No one has explained what the leopard was seeking at that altitude

(“El Kilimanjaro es una montaña cubierta de nieve de 5.895 metros de altura, y dicen que es la más alta de África. Su nombre es, en masai, “Ngàje Ngài”, “la Casa De Dios”. Cerca de la cima se encuentra el esqueleto seco y helado de un leopardo, y nadie ha podido explicarse nunca qué estaba buscando el leopardo por aquellas alturas”) (Traducción J. Gómez del Castillo).

(Ernest Hemingway, “Las nieves del Kilimanjaro”, 1936).

El animal ya no se encuentra allí, lo que sí queda es un lugar marcado y conocido como “Leopard Point” que rememora el lugar del hallazgo.

LEOPARDO DE LLANURA VS LEOPARDO DE ALTURA

Algunos han querido creer que era un leopardo de las nieves, pero… leopardos africanos y leopardos de las nieves son primos lejanos. Aunque ambos pertenecen al género Panthera son lejanos en morada y en características. El de las nieves (Panthera uncia) es fuerte y compacto, adaptado al terreno rocoso y escarpado, montañoso, con pelaje denso y grisáceo para mimetizarse con su entorno nevado. Luce y utiliza su larga cola, casi tan larga como su cuerpo (hasta un 90%), para equilibrarse y protegerse del frío, como una suave mantita de sofá. Es solitario y silencioso, lo que le ha valido ser conocido como “el fantasma de las montañas”. Vive en altitudes elevadas y rocosas … ¡y en Asia!, en las cordilleras de Asia Central como el Himalaya y la meseta tibetana, entre los 3.000 y los 6.000 m de altitud. Y como curiosidad: no puede rugir. En su lugar, produce un aullido agudo y resoplidos. 

Sin embargo su pariente africano (Panthera pardus) es más grande, está más extendido en territorio y hábitat, su pelaje es más corto y de colores más vivos, adaptados a su entorno. Su patrón de manchas es único en cada individuo, una huella dactilar representativa. Trepa a los árboles, donde suele subir a sus grandes presas para proteger su despensa de otros predadores y oportunistas. Pero sobretodo, no se encuentra en Asia, al igual que el de las nieves no se encuentra en África.

PARA CINÉFILOS

Un apunte personal: el cine nos ha traído una historia de búsqueda personal del sentido de la vida aderezada con imaginación desatada para suplir la realidad y  con leopardo de las nieves incluido, todo junto en la película “La vida secreta de Walter Mitty”. Música magistral, fotografía y paisajes espectaculares. El resto es una cuestión de gustos.

SPOILER… O NO

Nunca hubo leopardos de las nieves en el Kilimanjaro y ha sido la imaginación popular ávida de misterios la que ha colocado a este esquivo felino en la cima de la montaña más alta de África, como símbolo poético de la soledad y de la búsqueda y por parte de Hemingway, una metáfora sobre la búsqueda del sentido de la vida y del misterio de la muerte. Algunos aventuran que perseguía a una presa, otros que subió a morir con dignidad, pero el leopardo se llevó el misterio consigo y solo podemos especular. La verdad quedó congelada en el techo de África y que cada uno cuente su película.

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